VOZ DE MUJER

Otra historia de dolor, ella, se llamaba; Violeta
Por Lupita Escobar
El mayor anhelo de Violeta era el bienestar de sus hijitos, sus tesoros, sus grandes amores.
Ella se dedicaba a la venta de productos del hogar por catálogo, Violeta el pasado 28 de agosto cumplió 27 años, vivía en unión libre con Ramón desde hace más de 6 años, tenían 2 hijos; Iker de 4 años y Jazmín de 5 años.
La tarde del domingo 22 de octubre del 2023, en el municipio de Jiquipilco entre conocidos buscaban a Violeta porque ya se había tardado si solo salió de casa a dejar un pedido de los artículos que vendía a una casa que está a 8 minutos de la suya en auto.
Salió en una camioneta Winstar gris acompañada de sus dos hijos, siempre andaban juntos.
Ya se había tardado, su esposo comenzó a escribirle mensajes que nunca respondió al igual que las numerosas llamadas a su celular. La fueron a buscar y empezó el calvario.
Buscarla, preguntar por su paradero, si se le había descompuesto la camioneta, saber si alguien la había visto, llamadas, grupos de WhatsApp, hospitales y comisarias para preguntar.
De inmediato cuestionaron a su conyugue si se habían enojado, había alguna causa por la que ella no quisiera regresar, pero no había tal.
Ya eran más de las 20hrs, su hermano, pedía que fuera un berrinche por algo y que pronto se reportara.
Conforme pasaron las horas, la preocupación de su familia creció, se emitieron las cédulas de búsqueda de Violeta, Iker y Jaz y su camioneta tipo Winstar.
Su hermano acudió a preguntar por el paradero de su hermana a la casa donde fue a dejar el pedido del catálogo, pero no tuvieron éxito.
Una llamada, les alertó que la camioneta estaba en el Garis de Ixtlahuaca, y en efecto, ahí estaba, pero abandonada, ahí hicieron guardia y tomaron fotos, al interior de la unidad nada extraño, sin huellas de violencia.
Su esposo y hermano acudieron a las 23:00 hrs al Ministerio Público a levantar la denuncia por desaparición, pero la burocracia les exigía documentación que no tenían a la mano, al regresar le pidieron a la Ministerio Público liberar una orden para acudir al domicilio donde suponían podría estar Violeta y los niños, pero se negaron.
Así pasaron las horas, a las 6 de la madrugada Jazmín la hija mayor de Violeta caminaba por un patio de la casa de una vecina de Santa Cruz Tepexpan, quien dio parte a las autoridades que se encontraba una niña perdida, y fue cuando llegaron los de la Célula de Búsqueda de personas, ahora sí ingresaron al domicilio, después de haber dejado pasar más de 7 horas.
En el domicilio descubrieron los cuerpos de Violeta y el pequeño Iker, ya nada se podía hacer.
Quizá si la Ministerio Público de Ixtlahuaca hubiera tenido la preparación y sensibilidad para realizar su trabajo, quizá el hallazgo hubiera sido con vida aún, y los responsables estarían detenidos.
No puede pasar exento que por autoridades omisas se cometan delitos.
Las causas de este terrible acontecimiento deben ser esclarecidas, así lo demanda la sociedad, lo demandamos todos, no puede quedar impune la muerte de Violeta e Iker, además del gran daño a Jazmín.
¿Por qué la mataron, porqué a su pequeño hijo, qué fue lo que vio Violeta, de qué se defendió o a quién defendió?
¿Fue en el momento equivocado?
¿De quién es la casa en la que les quitaron la vida?
¿Por qué llegó el Ejército Mexicano, por qué no han dicho nada las autoridades de las investigaciones?
Nunca imaginé que en mi querido Jiquipilco se pudiera suscitar un hecho tan lamentable, hoy me queda más que claro que no se trata de geografía, días, horarios, vestimenta, modo de vida o edad, se trata de una parte de la sociedad con desórdenes mentales, deshumanizada, podrida, sin valores, que en este caso arrebataron dos vidas sin temor a la justicia divina o la del hombre.
Jodieron a una familia, sembraron miedo a una sociedad, nos llenaron de rabia. Ojalá que nunca tengan paz y denuncien al o a los responsables.
Hoy la voz es de justicia para Violeta e Iker, pero también para Jazmín, para su papá y familia. No puede, ni debe quedar impune este delito.
Esta es una historia más de dolor, de coraje e impotencia, ¿cuántas muertes más se necesitan para que el tema de violencia y los feminicidios sean prioridad en la agenda de todos los Gobiernos? La Salud mental es imperativa.